Mientras crecían las protestas en rechazo a la muerte de un ciudadano afroamericano por abusos policiales que quedaron grabados en video, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, publicó el mismo mensaje en Twitter y Facebook.
“Si hay cualquier dificultad, asumiremos el control pero, cuando comienzan los saqueos, comienzan los disparos”. La frase se hizo conocida por un jefe de Policía que la acuñó en Miami en 1960 y no se requiere mucha imaginación para entenderla como una amenaza.
En un hecho que está destinado a causar repercusiones que sacudan el paisaje empresarial de las redes sociales, Twitter marcó ese trino, que en condiciones normales habría sido eliminado, por glorificar la violencia.
Apenas unos días antes, la red de microblogging marcó otro trino de Trump sobre el supuesto carácter fraudulento del voto por correo, como “potencialmente engañoso”.
En ambos casos, pese a señalamientos de voces interesadas y masivas solicitudes de regulación por parte de sus usuarios, la respuesta de Facebook fue radicalmente distinta: Nada.

El CEO y fundador de la red social, Mark Zuckerberg, ha reiterado que no pretende convertirse en el ‘árbitro de la verdad’.
Pero esa posición no convence en épocas de crisis y son muchas las voces, dentro y fuera de Facebook, que se han alzado para cuestionarla. En un hecho sin precedentes en la historia de la compañía, docenas de empleados manifestaron su molestia y organizaron un ‘walkout’ virtual en el que abandonaron sus puestos de trabajo.
En plena cuarentena, no podían salir físicamente a ningún lugar, así que el plantón se hizo mediante un log off.
Los empleados descontentos creen que no debería haber un lugar en Facebook para mensajes que fomentan la desinformación, el odio y la violencia. Por eso no ocultan su decepción con el manejo que ‘Zuck’ le ha dado al tema.
Dos de ellos renunciaron. Tim Aveni, un ingeniero de software que llevaba algo más de un año en la compañía, publicó su carta de renuncia en LinkedIn.
En ella se lee: “Mark siempre nos dijo que en los discursos que incitan la violencia marcaría la línea. Este episodio nos muestra que eso es mentira y que Facebook seguirá corriendo los límites cada vez que Trump se exceda, buscando nuevas excusas para una retórica cada vez más peligrosa”.
En pocas palabras, los empleados no creen que sea el momento de no hacer nada.
Al día siguiente de la marcha virtual, tuvo lugar una reunión, también virtual, en la que muchos empleados expresaron, con distintos matices, sus críticas.
En ella tomaron parte, además de Zuckerberg, la directora de operaciones, Sheryl Sandberg; el jefe de políticas, Nick Clegg; el vicepresidente de política pública global, Joel Kaplan, y la directora de asuntos externos, Lindsay Elin.
Zuckerberg expresó una posición que ya consignó en su blog personal, que no le compete a él o a su empresa decidir que es verdad o no y qué debe poderse publicar y qué no.
En un comunicado, Zuckerberg dijo: “Aunque esté en desacuerdo con la forma en que el Presidente habló de este tema, creo que la gente debería ser capaz de verlo por sí misma (…) en últimas, la responsabilidad de los que están en posiciones de poder sólo puede suceder cuando su discurso es examinado a la luz del día.
Es difícil no hallar la lógica en sus palabras, pero también es difícil reconocer en ellas el contexto. Esto es porque el actual inquilino de la Casa Blanca hace sumamente complicado usar las reglas de juego habituales.
Al debate entre los empleados de Facebook y los directivos se sumó muy recientemente un trío de voces desde la sociedad civl. En una declaración conjunta, los jefes de la Conferencia de Liderazgo sobre Derechos Civiles y Humanos, el Fondo de Defensa Legal y Educación para ciudadanos de color y la ONG Color of Change se dijeron “decepcionados y atónitos” con la posición de Facebook.
Para los firmantes (Vanita Gupta, Sherrilyn Ifill y Rashad Robinson), Zuckerberg “no parece tener comprensión de la supresión de votantes -ya sea la histórica o la moderna- y se niega a reconocer cómo su actuar está facilitando el llamado de Trump a la violencia contra los manifestantes. Mark está sentando un precedente muy peligroso para otras voces que dirían cosas similares en Facebook».
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